Para mí la pandemia es un tiempo de reflexión, donde nos dimos cuenta que todo puede cambiar de un momento a otro, de repente el trabajo se para, los viajes se paran, los eventos se paran, la vida como la conocemos se para y todo se convierte en un caos; debemos quedarnos en casa de un día para otro porque muchas vidas están en juego y debemos ser responsables.
Tenemos todo el tiempo libre pero no podemos disfrutarlo como nos gustaría, nosotros tenemos que quedarnos en casa mientras los animales y el planeta son felices, vemos noticias de animales en lugares impensables y los niveles de contaminación se están reduciendo considerablemente, estos hechos demuestran que nuestro estilo de vida estaba matando al planeta y nos obliga a reflexionar sobre todo lo que estamos haciendo mal y lo necesario que es un cambio para cuidar nuestro bien más preciado, nuestro hogar.
Este confinamiento también nos hace darnos cuenta de quién tenemos cerca aunque esté lejos y de quién no, normalmente damos las cosas por hecho y quizás este es un buen momento para darle a las cosas el valor que se merecen, los ratos con la familia, las risas con los amigos, los besos, los abrazos, los bailes, los viajes, todo tendrá un nuevo sentido y lo vamos a saborear y disfrutar como nunca antes. Este virus nos ha devuelto a la tierra y nos ha recordado que no somos inmortales aunque a veces vivamos como si lo fuéramos, que todo es finito y debemos exprimir cada instante y dejar las preocupaciones sin sentido a un lado porque nos comen la energía y no nos dejan disfrutar. Todos nos morimos de ganas de volver a vernos y abrazarnos, pero las ganas no se van, las ganas se acumulan y cuando esto pase celebraremos la vida como se merece.
Todo esto ha conseguido sacar lo mejor de muchas personas que se han volcado con lo que tienen para aportar su granito de arena: cosiendo mascarillas, cocinando, ayudando a personas de riesgo y muchísimas iniciativas más que han surgido para frenar esta pandemia. Ha sacado lo mejor de nosotros como seres humanos y nos ha hecho estar más unidos que nunca.
Vivimos el peor momento mundial que yo recuerdo, momentos de mucho dolor, de muchas historias que te hacen llorar, de muchos días tristes, de mucha gente que está perdiendo la vida, demasiada, mucha gente que está perdiendo el empleo o no sabe que va a pasar con él, mucha gente que está de duelo y no encuentra el consuelo, mucha gente que está lejos de sus seres queridos y mucha gente que está contagiada luchando por su vida,dentro de toda esa tormenta a veces es muy difícil encontrar la positividad, pero debemos hacerlo porque debemos acabar con este virus y debemos reconstruirnos como país y como personas y lo mejor que podemos hacer es aprender para el futuro.
La experiencia de confinamiento es dura, hay días que lo llevas bien y haces cosas productivas o simplemente los disfrutas y hay otros días que se hacen muy pesados, se echa mucho de menos ver a la gente que quieres y cosas tan básicas como el aire fresco, salir a pasear, la playa, el mar, la arena, el sol… pero espero que cuando todo pase y recordemos esto, nos haga apreciar lo verdaderamente importante. Esto tiene que ser una enseñanza y no debe ser olvidada porque de un día para otro podemos perder todo y debemos disfrutar al máximo de lo que tenemos y a quién tenemos, y nunca más olvidar nuestra responsabilidad de cuidar al planeta para las próximas generaciones.
Alba Folgueira Gato,
28 años
Educadora infantil.
Nacida en Ourense, residente en Lugo, España.
Foto: David Bartus /Pexels
