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Del insomnio – María Esther Cuestas

 I

Llega la noche 

llena de preguntas. 

El insomnio atravesado 

por las sombras del día 

cubre de desasosiego 

el tan ansiado descanso.

Un enemigo invisible 

camuflado en cuerpos 

aparentemente sanos 

acecha y amenaza 

a los más vulnerables. 

Las cifras dan vueltas …

Los muertos del día.

Los nuevos infectados.

El mundo omnipotente 

se derrumba …

Entonces me pregunto: 

Después de la agonía, 

del dolor,

de ver la muerte,

¿Podrá renacer el hombre

más justo, más humano 

con más armonía?

 

            II

Insomnio 

Me empeño en conciliar 

el sueño, 

no lo logro.

La oscuridad opaca 

la  noche y el silencio

es ensordecedor .

El aire parece pesado, 

la respiración se agita 

y raras sensaciones 

se apoderan de mí.

La noche desnuda 

enfrenta a mi soledad

la deja en carne viva,

la exhibe ante mí.

Cierro  mis cansados

y enrojecidos ojos,

respiro profundo,

intento no pensar

pero no puedo.

Entonces, resignada, 

recorro, una vez más 

los  irregulares caminos del insomnio.

         ——–

Nace un nuevo día,

me atrapa con su  luz

y me baña con su sol.

Afuera, en el jardín 

estallan los colores.

Hay rojos y naranjas, 

amarillos y verdes 

en los arbustos 

y en la tupida grama.

Perfuma el aire fresco 

el aroma de los quinotos.

Nace un nuevo día…

El agua en mi cara 

quita las huellas 

de una noche larga .

El agua…

una promesa, 

una esperanza.

 

María Esther Cuestas.

59 años

Docente jubilada, profesora de castellano, Literatura e Historia

Cruz del Eje, Córdoba, Argentina.

 

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