Un otro. Alguien que nos mire. Y otorgue un espacio, en está inmensa dimensión de mi monoambiente.
Me quedo conmigo, me certifico mi presencia, me disfruto.
Aunque te tengo, pero sin tenerte. Porque de lejos te toco, tengo cientos de risas tuyas, tengo tu felicidad.
Toco tu felicidad, tu montaña de felicidad.
Tus cientos de bandejas con porciones de locro para tus comensales.
Tus comensales deleitándose en tu receta, en tus manos creativas de formas perfectas.
Tu locro. Tus porciones de locro.
Tu locro patrio. Tus comensales en cuarentena. Entibiando su rutina de otoño con tu sabor.
En el nombre del pan, y en el nombre del locro, amén.
Fotografía Melanie Feuerer / Pixabay
Rita Santa Cruz
37 años
Vendedora
Córdoba, Argentina