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200 palabras para enredarse – Martín Cipollone

Cables. 

Cables por todas partes.

El cable de la computadora. El cable de la impresora. El cable de los auriculares. El cable del plasma.

Pareciera que el cableado de nuestra mente se ha materializado en los cables de las máquinas que nos permiten salir a la sociedad. Cables que nos permiten vincularnos. Cables que nos conectan y cables que nos desconectan. Cables que anudamos y cables que desanudamos casi como un vínculo más. Encerrados, aislados, confinados a estar en nuestras casas, los cables han tomado presencia en nuestras vidas. ¡Que no se nos pierda un cable, por favor! Cables que permiten la comunicación y el encuentro con el otro. Cables que nos encadenan a eternizarnos frente a una pantalla.

“En-red-ados” en ellos nos dan la posibilidad de comunicarnos y de mantenernos cerca de nuestros afectos: familiares, amigos, compañeros de escuela, de estudio. Nos acercan a ellos con la esperanza y el deseo de que en un tiempo (in)determinado podamos unirnos en un abrazo, de esos que siempre nos dimos los cordobeses.

Quizás enredados en tantos cables, podamos volver a reconocer la importancia del cuerpo, de la proximidad, de estar cerca los unos de los otros.

Martín Daniel Cipollone

50 años

Psicopedagogo

Córdoba, Argentina

Fotografía de portada Gerd AltmannPixabay

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