Es sábado. Me hace frío.
El sol está tímido.
Me abrigo.
Y recuerdo que tengo un bollito.
Un bollito de pan francés. Trabajar en una panadería en cuarentena es un privilegio. Es la posibilidad de un bollo de pan.
El maestro panadero, el Ale Acuña se merece el cielo.
El maestro hace una mezcla de harina, sal, agua, sin contarnos su secreto. Pero nos hace felices con su mezcla de harina.
Un bollito de pan francés, nena.
Es para la salsa.
Perdón, dame otro. Ese bollito más redondo, es para un sándwich. Gracias.
Un bollito de fe.
Un bollito de alegría.
Un bollito de luz.
Que siempre tengas tu bollito.
Rita Santa Cruz
37 años
Vendedora
Córdoba, Argentina