Cuándo leas mi carta estarás celebrando tu gran día.
Tu cumpleaños, el día precioso que elegiste para estar en este hermoso mundo. Ya sé, pasaron cosas que hubieras no deseado. Qué importa.
Importa qué estás festejando tu vida. Abrazado al amor.
Y el amor siempre salva.
Cuándo te fuiste de casa para emprender tu camino, quién te escribe era de piernitas flacas, pelo despeinado, y escribía Noemí con M, en lugar de N. Así se lee Moemí, dijiste. Recuerdo esa correción, a partir de allí, escribo correctamente mi primer nombre. Gracias.
Recordar, volver a pasar por el corazón.
En cuarentena, en el día 152, con más incertidumbre que certeza, nos queda abrazarnos a la distancia. Y bendecir tu cumpleaños, y rezar. Y consolarnos con la carnecita en la parrilla que te preparará tu Betty, tu esposa. Y un vino. Un tinto, cómo aquellos en los que se deleitaba papá .
Hermano, hermanito. Feliz cumpleaños. Aún estamos vivos, aún nos tenemos. Tenemos un día más para ser felices, y brindarnos. Aunque sea de lejos. Siempre cerca. Nos tenemos en la sangre. Nos tenemos, hermano.
Dedicado a Néstor Ramón, Santa Cruz. En el día de su cumpleaños.
Rita Santa Cruz
Vendedora
37 años
Córdoba Capital, Argentina