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Mis vivencias en tiempos de Covid – Graciela Marchiaro

Me llamo Graciela, tengo 71 años, vivo en esta hermosa Ciudad de Brinkmann. Fui docente.  El 20 de marzo de 2020, se declaró al Coronavirus Pandemia.

Los mensajes, en especial direccionados a mayores de 65 años, franja etaria de riesgo, la más vulnerable. El mundo asolado por miles de víctimas.

Solo aislamiento. No hay vacunas. Las calles vacías, tristes, sin niños.

Comenzaron a cerrar las fronteras, el mundo apagó las luces de los Estadios, se detuvieron los conciertos, misas y encuentros masivos. Se valoró la ciencia por encima de la economía.  Por estos hechos, hizo que me sintiera segura solo en mi casa. Viví una paranoia que se tiño de miedo, hasta en mi propio aislamiento.

Perdimos el beso, la libertad y el abrazo con familia y amigos.

Nos visitó el Covid, atrapó a cuatro turistas desprevenidos. Más encierro, más miedo y se fue…

Quedó ciudad blanca. Sin descuidarnos, recuperamos la sonrisa, los paseos y algunas actividades.

165 días de cuarentena sin fin. Agosto, con fuertes y fríos vientos.

Aumentan los contagios en el país. Hasta hoy no colapsan los sistemas de salud.

El Covid avanza furiosamente, corre y corre buscando a los cordobeses. Quiere llegar muy lejos. A su paso deja huellas, apenas perceptibles, pareciera menos intenso. ¡Aun le temo!  Nuestras Autoridades Municipales y Sanitarias EXCELENTES!

Preparándome para la pospandemia. El barbijo será mi compañero. Aprenderé a convivir con el virus, ya que por ahora no se irá.

Mi esperanza es la llegada de la estación que amo, con aroma a flores, el canto de los pájaros. ¡Hoy disfruto las bondades que me regalan mis años, no importa cuántos!  En mi ciudad, donde los lapachos se pintan de rosa, me siento segura, relajada con la ilusión de recuperar la confianza en mí.

 

 

Graciela María Marchiaro.

 71 años

Jubilada

Brinkmann, Córdoba, Argentina

 

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